martes, 13 de diciembre de 2011

USO DE LA FUERZA POLICIAL.

CHILPANCINGO, GUERRERO. MÉXICO.


12 de Diciembre de 2011.

El día de hoy, poco después del mediodía,  estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa Guerrero, fueron reprimidos violentamente por la policía estatal y judicial del estado de Guerrero, cuando estos mantenían un bloqueo en la autopista del sol en Chilpancingo, con el saldo de dos estudiantes normalistas muertos y un número aún no determinado de estudiantes detenidos.


El hecho se registró poco después del mediodía de este lunes, cuando alumnos de
la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa decidieron bloquear el boulevar Vicente
Guerrero a la altura de la salida rumbo al puerto de Acapulco, en protesta porque
 el gobierno estatal se ha negado a resolver sus demandas. Al lugar arribaron agentes
federales que forman parte del operativo de seguridad Guerrero Seguro exigiendo
que la vía fuera liberada por los manifestantes y se desató una confrontación verbal,
indicó un testigo. Enseguida, la acción policíaca se salió de control y mientras los
jóvenes lanzaron cohetes contra los federales, estos dispararon contra el contingente,
asesinando a dos normalistas. Esto provocó la retirada de los federales, mientras los
jóvenes lanzaron bombas molotov contra los uniformados y las llamas alcanzaron una
bomba despachadora de gasolina que se incendió. Hasta el momento, la vía
permanece cerrada a la circulación vial y el lugar se ha convertido en una zona de
guerra, ya que arribaron soldados y sitiaron el lugar.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Artículo - Panamá

El perfilamiento racial en nuestro ‘crisol’
SAMUEL SAMUELS

2011-12-04 T odos los días, la gente en los barrios populares del país, negra en su gran mayoría, es ultrajada y maltratada por agentes de la Policía Nacional, institución cuyo lema reza, paradójicamente: ‘Proteger y servir’. Para muchos de ellos, ser pobre y negro es sinónimo de delincuente.


La frase ‘Panamá es un Crisol de Razas’ parece ir quedando en el mundo de la retórica, puesto que no todos somos tratados por igual en el arco iris. El asunto se agrava por la resistencia a reconocer que en nuestro país existe, además de distingo de clases, discriminación racial.

Esto se hace más evidente, cada día, cuando observamos que la criminalización de la pobreza se cruza con el color de la piel. ¿Acaso no es más que injustamente suficiente que los afrodescendientes estén excluidos de los beneficios del desarrollo del país? ¿También la Policía Nacional los tiene que mirar y tratar como delincuentes?