Los
valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de
celebrar elecciones abiertas e informadas mediante el sufragio universal son
elementos esenciales de la democracia moderna. A su vez, la democracia proporciona
el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos
humanos, ayuda a su difusión, respeto y
enseñanza, diversifica su conocimiento y
valora la civilidad y la comunicación social.
El
nexo entre democracia y derechos humanos figura en el artículo 21 inciso
tercero de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, que establece:
«La
voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad
se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse
periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto».
De
esta forma, el Estado democrático de derecho es quizás el producto más acabado del constitucionalismo
moderno, e indudablemente ha sido ápice fundamental en cuanto al reconocimiento
y defensa de los derechos humanos de los ciudadanos y la red de organizaciones
que forman la sana convivencia. La democracia es un régimen político destinado
a asegurar el gobierno del pueblo,
cuya voluntad debe expresarse siempre mediante mecanismos que garanticen al
mismo su participación. La relación de este binomio debe configurar ciudadanos
con derechos pero también depositarios de obligaciones conforme a los
principios de igualdad, libertad, pluralismo y tolerancia, saber:
1. Todos tienen el derecho a
participar en el gobierno de su país, en forma directa o por medio de
representantes libremente elegidos.
2. Todos tienen el derecho a
la igualdad de acceso a los servicios públicos en su país.
3. La voluntad del pueblo
debe ser la base de la autoridad del gobierno; esta voluntad se expresará
mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse en forma periódica, por
sufragio universal e igualdad y que se realizará por voto secreto u otro
procedimiento equivalente de libertad de voto.
Así los derechos humanos son la mejor expresión de todos los valores que
caracterizan a un sistema político democrático. Mientras el constitucionalismo
norma los procedimientos, deberes y garantías para la práctica de la democracia
en un Estado de derecho, binomio no siempre activo en muchas democracias;
tampoco claramente se trata de una receta que debe ser calcada, dependerá de
las condiciones políticas y constitucionales de cada actor estatal y gobierno,
su idiosincrasia nacional y su relato histórico.
La
dimensión sustancial de la democracia, en consecuencia no se refiere a
procedimientos y elecciones solamente, sino al contenido del régimen
democrático y sus alcances, tanto a nivel pasado como futuro. Como se sabe, el concepto de Estado
social surgió como reacción a la desigualdad creada en las relaciones
capitalistas del siglo XlX y al principio del Laissez Faire, Laissez
Passer. También su origen hace eco de la necesidad de avanzar de la mera
garantía de los derechos a la vida y al goce de las libertades públicas, hacia
la vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales, hoy sumando
incluso otros de reciente data como los
denominados de última generación.
Entonces
la concepción auténtica de democracia debería estar respaldada por las
normas de derechos humanos, las que corresponden al ámbito civil y político,
así como las que corresponden al ámbito económico, social y cultural, según el
principio de la universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los
derechos humanos como un principio fundante. Donde la igualdad y la inclusión
son aspectos determinantes.
Hoy
por hoy a interacción entre los derechos humanos, la democracia y la
globalización se ha convertido en un ámbito considerado como fundamental para
el aseguramiento de las mayores cotas de bienestar social. Cualquier actividad
del ámbito público o privado tiene notables repercusiones en la garantía de los
derechos humanos fundamentales, ni hablar de aquellas emanadas de los poderes
del estado y la capacidad de los gobiernos.
El
BID ha destacado una relación directa entre desarrollo y calidad de proceso de
gobierno y su relación directa con el ejercicio de los derechos humanos
sociales, económicos y culturales, el cual se identifica con la gobernabilidad
democrática; en este proceso, la reforma del Estado en general pretende
devolver al sector público su rol preponderante en el desarrollo restituyéndole
una serie de funciones consideradas básicas para que las cumpla de forma eficiente,
eficaz y en equidad. Identificando el fenómeno de debilitamiento del Estado de
Derecho y el mal funcionamiento de las instituciones públicas como las causas
principales de los altos costos sociales de las políticas económicas implementadas
en los noventa que estaban encaminadas hacia la apertura y la liberalización
económica, donde ciertamente chocaron derechos humanos y sustratos
democráticos.
En
la actualidad existe un claro consenso en torno a la idea de circularidad e
interdependencia entre los regímenes democráticos y la vigencia de los derechos
humanos, sin embargo, se considera que los primeros son condición para el
ejercicio de los segundos y a su vez que éstos se encargan de fortalecer la
estabilidad democrática. Sin embargo, la aparente obviedad de esta idea nos
hace olvidar que esta relación siempre ha estado atravesada por tensiones y
contradicciones para ejemplos miremos el barrio.
En
este marco de reflexión surge la mirada y la necesidad de poner en claro el
concepto de las acciones afirmativas, en particular respecto de la población
indígena y afrodescendiente, bajo los
ejes analíticos de exclusión social, discriminación racial, racismo, género,
enfoque de derechos humanos, interculturalidad, enfoque étnico racial y enfoque
intersectorial.
En
este estadio de cosas surge una iniciativa inédita de reflexión e incidencia,
el Foro Mundial del Decenio Afrodescendiente y los Derechos Humanos surgida
como iniciativa de la articulación de un grupo de ONG,s y el Gobierno de Guinea
Ecuatorial en el marco del Segundo Foro Mundial de Derechos Humanos realizado
en Marrakech a fines del 2014.
La
presente acción afirmativa en curso es una iniciativa que convoca la
Viceprematura de Derechos Humanos de Guinea Ecuatorial y que coordina la ONG
Cedepu Chile en compañía de actores de la sociedad civil y actores políticos de
América Latina, evento ya presentado en la última reunión de la OEA, Naciones
Unidas, Bando Mundial y BID, actores
políticos de Washington DC, Redlad, 8va conferencia Ministerial de las Democracias
y solo hace unas horas ante los Gobiernos de Honduras y Panamá.
La
significación entonces entre el hacer y el criticar es determinante, en ese
camino ciertamente preferimos el hacer, aportar al decenio internacional de los
afrodescendientes y sumar organizaciones
y actores, entidades y gobiernos de buena fe, impulsando un evento inclusivo al
cual muchas organizaciones y directivos del Coloquio Internacional
Afrodescendiente y Socpinda México están igualmente convocados.
“Sostengo que cuanto más indefensa
es una criatura, más derechos tiene a ser protegida por el hombre contra la
crueldad del hombre”.
Mahatma Gandhi
Antonio
Yelpi
Secretario
Ejecutivo
Cedepu
Chile Ong
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