Desde mi experiencia…doce hermosos años conviviendo con
la negritud y los indígenas de la Costa oaxaqueña.
Hablar de La Tercera Raíz de México: la Negra es
algo muy delicado. Una raíz que parece bien que por su color no se ve, y anda
“olvidada”, además.
El sentido de pertenencia que esta etnia tiene, está no
solo en su color, sino en sus sones, en su música, en sus topadas, en sus
creencias, en su forma de ser y actuar, en sus costumbres, en sus danzas, como
la Danza de los Diablos, herencia africana. En su cultura. Han sido abandonados
y negados sus derechos y su condición desde su llegada a México, a pesar de su
buen actuar para nuestro País, en luchas libradas contra enemigos,
atestiguándolo Códices y Lienzos.
Cuando a México llegan los españoles, llegan con enorme
población negra, liberta y esclava, como sirvientes, ahí por el siglo XVII.
Llegaron a Oaxaca primeramente a la Mixteca alta, donde se asentaron, pues en
ese entonces estaba en jauja este lugar por ser una zona próspera y por su
comercio. Se asientan también en el Istmo de Tehuantepec y los Valles
Centrales. En esta última región, porque acá tenía muchas actividades
económicas el Marqués del Valle. Y se dispersaron por todo el estado de Oaxaca.
Y así, los españoles empezaron a poner a venta a los negros en las plazas
públicas. A los que no ocupaban.