martes, 6 de septiembre de 2016

SILVIA MARÍA: La Indonegra!!!

Desde mi experiencia…doce hermosos años conviviendo con la negritud y los indígenas de la Costa oaxaqueña.

Hablar de La Tercera Raíz de México: la Negra es algo muy delicado. Una raíz que parece bien que por su color no se ve, y anda “olvidada”, además.
El sentido de pertenencia que esta etnia tiene, está no solo en su color, sino en sus sones, en su música, en sus topadas, en sus creencias, en su forma de ser y actuar, en sus costumbres, en sus danzas, como la Danza de los Diablos, herencia africana. En su cultura. Han sido abandonados y negados sus derechos y su condición desde su llegada a México, a pesar de su buen actuar para nuestro País, en luchas libradas contra enemigos, atestiguándolo Códices y Lienzos.


Cuando a México llegan los españoles, llegan con enorme población negra, liberta y esclava, como sirvientes, ahí por el siglo XVII. Llegaron a Oaxaca primeramente a la Mixteca alta, donde se asentaron, pues en ese entonces estaba en jauja este lugar por ser una zona próspera y por su comercio. Se asientan también en el Istmo de Tehuantepec y los Valles Centrales. En esta última región, porque acá tenía muchas actividades económicas el Marqués del Valle. Y se dispersaron por todo el estado de Oaxaca. Y así, los españoles empezaron a poner a venta a los negros en las plazas públicas. A los que no ocupaban.

Entonces, los ricos, los hacendados y la iglesia, increíblemente ésta, COMPRABAN esclavos negros como sirvientes. Los precios de cada uno de éstos, fluctuaban entre $200.00 y $500.00 pesos. Notarialmente en Oaxaca este valor está documentado. Según su fuerza física y su edad, inclusive, su fertilidad, eran vendidos como esclavos.  En muchas ocasiones, fueron sujetos de TRUEQUE por un pedazo de tierra. Las mujeres negras eran vendidas a veces en el mismo precio y a veces en más. Eran cotizadas porque también eran sujetas a tener hijos con mestizos o indígenas. Si tenían un pequeño hijo, era comprada con todo y el pequeño. Si éste tenía ya 6 o 7 años de edad, entonces era vendido aparte y venía la separación inevitable de la madre, arrancándoles no solamente su niñez, sino el derecho de vivir una niñez en libertad.
Podemos entonces entender el padecimiento extremo de violencia que vivió esta etnia arrancada de su tierra a su llegada a México. Esa discriminación con que fueron tratados, y que hoy, bien parece que sigue en auge.

En las encuestas gubernamentales nunca aparecen los negros. No hay Programas de apoyo para ellos, no hay reconocimiento de esta etnia.
Muchos, por este motivo y otros más, se avergüenzan de ser negros y se asumen mestizos para no tener que divagar entre la pobreza macro-extrema. No han podido encontrar la clave para defender sus derechos, aunque algunas organizaciones no gubernamentales, como SOCPINDA A.C., han trabajado abiertamente para el reconocimiento de la etnia y el respeto a sus derechos, entre otros objetivos importantes.

En la zona de Oaxaca, en la Costa, cuentan con un pedazo de tierra donde tienen su Redondo, sus poquísimas pertenencias. Tienen en común pues, la pobreza y la marginación. Han sido desplazados, han violado y siguen violando sus derechos a cada paso. Y de alguna forma, les han reducido a ser “ocupados” por su fuerza física.

Los españoles tuvieron presencia en casi todo nuestro estado, por lo que siendo los negros sus sirvientes, su presencia fue también. Muchos esclavos negros se quedaron a vivir con sus amos, otros, huyeron de la esclavitud, de la violencia y encontraron por los arenales, por los bajos de la Costa Chica de Oaxaca y de otros lugares de México, un pedacito de tierra, asentando sus comunidades, sus costumbres, su cultura. Iniciaron una vida de extrema pobreza, pero en “libertad”. Por qué la Costa?, porque acá encontraron semejanza de su entorno africano abandonado.

Casaron con indias o mestizas para poder engendrar hijos libres a su nacimiento. Y así, paulatinamente, se dio el mestizaje, aunque por éste, considero que va perdiéndose poco a poco la africanidad en Oaxaca.
Hay mucha complejidad en la zona de pueblos negros en la Costa oaxaqueña, en términos de convivencia entre negros, indígenas y mestizos. Sin embargo, en la práctica, un poco por la condición de los casamientos de negros con indígenas. Y ha sido difícil, ya que en los primeros años que iniciaron trabajos los hacendados con esclavos negros, a éstos los pusieron como capataces de los trabajos que realizaban los indígenas, por lo que se entiende el malestar de éstos últimos contra los negros. Y lamentablemente fue creciendo según fueron pasando los años. Las relaciones sociales entonces, no son precisamente buenas.

Hace algunos años, precisando, en el mes de agosto del 2007, la Unidad Regional Costa de Culturas Populares del CONACULTA en ese entonces, en Puerto Escondido, realizamos el PRIMER ENCUENTRO DE NIÑOS Y NIÑAS INDIGENAS Y NEGROS EN LA COSTA CHICA DE OAXACA en la comunidad de Corralero. Fue una experiencia extraordinaria, porque nos dimos cuenta que el color no significó absolutamente nada. Eran niños, jugando y aprendiendo, compartiendo. La comunidad nos proporcionó hospedaje para los niños indígenas. Y comieron la comida que comen los negros. Fue extraordinaria la convivencia de 3 días.

Ahora vemos que ese odio entre estas dos etnias, la negra y la indígena, increíblemente se ha recrudecido, muy a pesar que las dos, históricamente han sido abusadas en todos los sentidos, utilizadas y vituperiadas, existe entre éstas, el racismo.

Lo que últimamente han estado haciendo, es tratando de subsistir de alguna manera. Mayormente son pescadores y/o campesinos, aunque también tratan de estar en algunos oficios en las cabeceras de sus Municipios como empleados. Se les ve como albañiles, pero en muy poca cantidad. A las mujeres, en algunos sirviendo.

Por otro lado, han iniciado luchas dentro de algunas organizaciones de negros que les permita algún día lograr su reconocimiento, pero no de palabra, sino con hechos. Que el gobierno realmente les atienda en sus necesidades. Que haya programas para todos ellos.

Lamento no estar en este momento en este Festival del Papaloapan por motivos de salud, pero mencione al principio que hablar de este tema no solo es delicado, sino doloroso.

Quiero manifestarme como INDONEGRA que para mí, los pueblos negros, no son afro-mexicanos, para mí, son MEXICANOS.

Les saludo con todo mi cariño, respeto y admiración a la negritud del Alto Papaloapan.

Silvia María Zúñiga Arellanes.
Agosto 26 del 2016.

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